La reina del despecho en Colombia, Helenita Vargas, falleció este lunes a las 6:36 de la tarde, en la Clínica Valle de Lili, en Cali, en la que se encontraba hospitalizada desde hace cinco semanas.La Ronca de Oro, quien recibió un trasplante de hígado hace ocho meses, sufrió una crisis pulmonar.
Las exequias se realizarán el próximo miércoles al mediodía en la iglesia San Fernando Rey. Se espera la llegada de su familia de Estados Unidos.
Las exequias se realizarán el próximo miércoles al mediodía en la iglesia San Fernando Rey. Se espera la llegada de su familia de Estados Unidos.
Adiós a una grande de la canción popular“Solo Dios sabrá cuándo, cómo y por qué deberás partir”, escribió con resignación uno de los seguidores de Helenita en su página web, antes de conocerse que su cuerpo y su voz no resistirían una segunda mano.
Su estado de salud venía en decadencia desde que dejó los escenarios y los años comenzaron a pedirle cuentas. En el 2008 Helenita entró en la lista de los pacientes que necesitan trasplante de hígado, a causa de una cirrosis, una necesidad que se convirtió en deseo para la Ronca de oro que se negaba apagar su voz.
Su deseo se hizo realidad un día después de su cumpleaños, el 3 de marzo del 2009, cuando le confirmaron que la Clínica Valle del Lili tenía el hígado ella necesitaba para vivir. Pese a que la operación salió bien, su cuerpo rechazó el nuevo hígado lo que la llevó de nuevo a permanecer en cama.
En diciembre del 2010 sus seguidores tenían la esperanza que su Ronca superaría los embates de salud para continuar cantando como lo hacía desde que tiene memoria. Pero no fue así, duró siete días en estado crítico en la clínica donde le hicieron el trasplante con un problema sistémico y respiratorio que finalmente no logró superar.
Hoy sus seguidores lamentan su partida, pero al mismo tiempo, le agradecen por sus canciones, que a muchos acompañó en sus momentos de despecho y desilusión, dos referentes en las rancheras de esta diosa de la música popular.
Su deseo se hizo realidad un día después de su cumpleaños, el 3 de marzo del 2009, cuando le confirmaron que la Clínica Valle del Lili tenía el hígado ella necesitaba para vivir. Pese a que la operación salió bien, su cuerpo rechazó el nuevo hígado lo que la llevó de nuevo a permanecer en cama.
En diciembre del 2010 sus seguidores tenían la esperanza que su Ronca superaría los embates de salud para continuar cantando como lo hacía desde que tiene memoria. Pero no fue así, duró siete días en estado crítico en la clínica donde le hicieron el trasplante con un problema sistémico y respiratorio que finalmente no logró superar.
Hoy sus seguidores lamentan su partida, pero al mismo tiempo, le agradecen por sus canciones, que a muchos acompañó en sus momentos de despecho y desilusión, dos referentes en las rancheras de esta diosa de la música popular.
De reina de belleza a diosa de los escenariosLos que la conocieron desde su infancia aseguran que aprendió a cantar antes que leer o escribir. Lo llevaba en la sangre y lo demostró en sus 50 años de vida artística, cada vez que se trepaba a los escenarios a cantar con una voz que algunos admiraban y otros criticaban.
“Yo no tengo una gran voz, pero tengo un estilo que es único. Todos tienen estilos diferentes. A ratos pierdo un poquito el compás, pero llego a tiempo", le dijo Helenita Vargas a José Alfredo Vargas, su amigo, en una entrevista en el 2008.
“Yo no tengo una gran voz, pero tengo un estilo que es único. Todos tienen estilos diferentes. A ratos pierdo un poquito el compás, pero llego a tiempo", le dijo Helenita Vargas a José Alfredo Vargas, su amigo, en una entrevista en el 2008.
Con esa voz se dio a conocer desde sus 16 cuando se presentó ante su ídolo Agustín Lara, en el hoy demolido hotel Alférez Real en Cali, para decirle, que la escuchara cantar. Un año después de eso, la versatilidad de Helenita la llevó a ser elegida reina de Belleza, una proeza de la cuál la Ronca siempre se arrepintió.
El inicio de la Ronca
Su nombre original es Sofía Helena Vargas, sin embargo, se acostumbró a que la llamaran Heleinita, un apelativo diminutivo que contrastaba con la fuerza de su voz y el talante de sus letras. Sin embargo, fue como la Ronca de oro que se dio a conocer en los escenarios de su natal Cali y en todo el país.
Un apodo que se lo debe a José Pardo, un amigo de su primer esposo, que siempre le decía a él "saludos a la ronca”, sobrenombre que tomó fuerza cuando un periódico al día siguiente de la entrega de unos premios donde Helenita fue la gran triunfadora tituló “Noche bañaron en oro a la ronca”.
Canciones como Usted es un mal hombre y Pasaste a la historia dejaron entrever un pasado oscuro que vivió Helenita al lado de su primer esposo, el doctor Elías Ibarra, un hombre mucho mayor que ella y con quien se casó cuando tenía 17 años pese a la oposición de su familia.
El inicio de la Ronca
Su nombre original es Sofía Helena Vargas, sin embargo, se acostumbró a que la llamaran Heleinita, un apelativo diminutivo que contrastaba con la fuerza de su voz y el talante de sus letras. Sin embargo, fue como la Ronca de oro que se dio a conocer en los escenarios de su natal Cali y en todo el país.
Un apodo que se lo debe a José Pardo, un amigo de su primer esposo, que siempre le decía a él "saludos a la ronca”, sobrenombre que tomó fuerza cuando un periódico al día siguiente de la entrega de unos premios donde Helenita fue la gran triunfadora tituló “Noche bañaron en oro a la ronca”.
Canciones como Usted es un mal hombre y Pasaste a la historia dejaron entrever un pasado oscuro que vivió Helenita al lado de su primer esposo, el doctor Elías Ibarra, un hombre mucho mayor que ella y con quien se casó cuando tenía 17 años pese a la oposición de su familia.
De esa relación quedó Pilar, su única hija y de quien heredó dos nietos, Helena y David. Sin embargo, la felicidad solo llegó a la vida de Helenita, cuando conoció a Gonzalo Zafra, con quien duró 20 años, “los más felices de mi vida”, confesó.
Un legado imborrableMaría de los guardias, Ándate con la otra, No te pido más, Propiedad privada son solo algunas de las decenas de canciones que Helenita le dejó a su público, amante de las rancheras, de la música popular o del despecho para tomar, llorar y festejar, como ella lo hacía, en los escenarios, o en cualquier calle donde se encontraba con sus amigos.
Pese a los años siempre se notó vigorosa y con un buen humor que siempre resaltaron sus amigos más cercanos, aún después de la cirrosis que afectó su hígado, y que la llevó a desaparecer de los escenarios para dedicarse a su salud.
Aunque la Ronca nunca se subía a un escenario sin tomarse un brany, su hija Pilar explicó en una entrevista concedida al EL COLOMBIANO que su madre no tenía problemas con el alcohol y que se trataba de una cirrosis biliar, es decir, una enfermedad auto inmune que ataca el órgano y que se debe a factores genéticos.
Desde que se conoció su enfermedad familiares y las decenas de seguidores de Helenita Vargas estuvieron pendientes de su estado de salud, no solo porque se resistían a no volverla a ver en un escenario, sino porque de alguna manera se ella con la versatilidad de su garganta se ganó el cariño de varias generaciones colombianas.
Pese a los años siempre se notó vigorosa y con un buen humor que siempre resaltaron sus amigos más cercanos, aún después de la cirrosis que afectó su hígado, y que la llevó a desaparecer de los escenarios para dedicarse a su salud.
Aunque la Ronca nunca se subía a un escenario sin tomarse un brany, su hija Pilar explicó en una entrevista concedida al EL COLOMBIANO que su madre no tenía problemas con el alcohol y que se trataba de una cirrosis biliar, es decir, una enfermedad auto inmune que ataca el órgano y que se debe a factores genéticos.
Desde que se conoció su enfermedad familiares y las decenas de seguidores de Helenita Vargas estuvieron pendientes de su estado de salud, no solo porque se resistían a no volverla a ver en un escenario, sino porque de alguna manera se ella con la versatilidad de su garganta se ganó el cariño de varias generaciones colombianas.
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